Recordáis ese viejo refrán que dice entre todos lo mataron y él solito se murió, bueno pues algo parecido se puede aplicar a este proyecto que parece padecer una especie de leyenda negra o la maldición de las terceras películas quién lo sabe, el caso es que tres directores y diez guionistas pasaron por el proyecto escribiendo más de treinta borradores, con ideas que iban desde mostrar el planeta natal de los aliens o llevarlos hasta la Tierra hasta la opción que llegó a cobrar más fuerza, la ideada por el neozelandés Vince Ward, que también iba a dirigirla, en el que la historia se desarrollaba en una especie de planetoide artificial hecho totalmente de madera habitado por una orden de monjes que rechazaban la tecnología y vivían casi como en el medievo. Ésta opción de guión tal vez hubiera sido la mejor opción tanto por su originalidad en el planteamiento alejándose totalmente de las dos anteriores como en el desarrollo de los personajes y su relación con el alien pero inexplicablemente los productores empezaron a imponer cambios en la historia, cosa que no agradó a Ward que acabó por (mandárlos directamente a la mierda) abandonar el proyecto de forma no muy elegante. Es entonces cuando (endosan) encargan el montante a un bisoño David Fincher, que sólo había dirigido algunos videoclips pero que derrochaba talento (algo parecido a lo que le había sucedido a Ridley Scout en la primera) diciéndole mira chato, tienes treinta millones de dollares de presupuesto, un guión inacabado y reciclado del de Ward que toma algunas ideas pero que convierte el conjunto en un sindiós en un sinsentido de forma que vas a rodar a medida que te lleguen las páginas y unos decorados hechos a toda prisa para cubrir el expediente. Tienes la fecha del estreno fijada para dentro de unos mesecitos a ver que nos haces.
El borrador final del guión firmado por Walter Hill y David Giler nos presenta una historia bastante parecida a la de la primera película pero mucho peor estrucurada mezclando subtramas secundarias como la de la complicidad entre el doctor Clemens y Ripley con la trama principal que trata sobre la redención, la muerte y la soledad de una Ripley que descubre que ha sobrevivdo para nada. Ofreciendo hechos confusos ya que no explica la presencia de dos huevos en la lanzadera de la Sulaco ni tampoco como el facehugger llega al huésped, un buey en el guión y un rottweiler en la película, también vemos que el alien es menos inteligente que en la primera entrega y que nace del perro casi totalmente desarrollado así como presentar a unos personajes secundarios poco desarrollados que no acaban de mostrar su verdadera naturaleza y sólo parecen servir para dar alguna información o hacer algo que haga avanzar la historia. Entre éstos destacan tres: el doctor Clemens interpretado por el carismático y magnífico actor británico Charles Dance uno de los más interesantes y también más desaprovechados de la película y único, que se sepa en toda la saga, que hace guarriduridas con Ripley; Golic (Paul McGann) que es el que hace comprender a Ripley que hay un alien suelto y Dillon (Charles S. Dutton) una sombra caricaturesca del personaje ideado inicialmente en el guión de Ward y sin embargo, gracias a éste hecho, uno de los que más peso acumulan en la trama.
El argumento es de traca mora, Ripley, Newt, el cabo Hicks, que no sobreviven y el androide Bishop en muy mal estado escapan de LV 426 y debido a un incendio eléctrico realizan un aterrizaje forzoso en la colonia Fiorina “Fury” 161 donde 25 reclusos con doble cromosoma Y viven en una prisión con capacidad para 5000 siendo su única misión mantener la caldera que les permite producir el recubrimiento de plomo para los contenedores de residuos. Hasta ahí todo pasable, lo que pasa es que a partir de ahí empieza una especie de corta y pega una suerte de disfunción textual-interlineal que te deja desconcertad@, para mear mear y no echar gota, vamos, que si ji,ji, ja,ja no te pavonees mucho por ahí que nos pones borriquitos, que si ji,ji,ja,ja aféitate el pubis que por aquí tenemos un problemilla de ladillas, total que al final aparece el alien de turno y empieza a hacerles pupita a los pobres reclusos, una serie de muertes absurdas y excesivamente sangrientas que hacen que la pobre Ripley, hasta los ovarios de todo, tome el mando de nuevo para matar al alien y descubrir, para más inri que alberga en su interior una pequeña reina alien que le hace plantearse eso de tener tendencias suicidas.
Por todo esto es una película que pasa desapercibida o causa cierta indiferencia entre el público en general y es denostada por los seguidores de la saga . Ni tan siquiera después de ver la versión extendida, con escenas sin sonido y el cómo se hizo se puede entender lo que pretendieron hacer porque el resultado es bastante decepcionante aunque a mi personalmente no me acaba de disgustar
Recomendable hasta cierto punto aunque todo buen cinéfilo debería verla al menos una vez