
“Hijos de los hombres” es una de las películas peor tratadas y más denostadas de los últimos años y una de mis favoritas tal vez porque sea más compleja de lo que aparenta aunque su contenido se haya ido haciendo más vigente año tras año. Basada en una novela de la escritora británica P.D.James de 1992 (que hace un pequeño cameo en la película, es la anciana que está en la cafetería con un perrito al principio de la película) acerca de una distopía futurista Orwelliana en la que la humanidad ha perdido su fertilidad, la persona más joven del planeta acaba de ser asesinada con 18 años presentándonos una Inglaterra totalitaria, plagada de inmigrantes ilegales que son tratados como animales y con problemas de terrorismo. Entre todo eso se nos presenta el personaje de Theo, un hombre hastiado, profundamente cínico y nihilista que se mueve por inercia en esa realidad distópica. Parece tener un sólo un amigo, Jasper Palmer, un peculiar personaje que parece ofrecerle refugio y consejo. Un buen día, la rutina del protagonista se interrumpe cuando es secuestrado por un grupo revolucionario llamado «los peces», liderado por su ex pareja, Julian, a la que no veía desde hacía años con el fin de que consiga una documentación para llevar a una chica, Kee, fuera del país hacia otra organización llamada «proyecto humano» haciendo uso de sus influencias con un primo que es ministro a cambio de dinero.
Esta podría ser una visión superficial del argumento y por eso, tal vez, la película resulte un tanto simplona pero como cuando se lee poesía debemos ir más allá y comprender las claves que nos ofrece en forma de metáfora. La complejidad de la película reside en que prácticamente cada personaje y cada fragmento de la misma es una metáfora de algo incitando a la reflexión.
Argumento y estructura del guión:(contiene Spoilers)
EL MUNDO ORDINARIO: La historia comienza presentándonos una Inglaterra totalitaria, plagada de inmigrantes ilegales que son tratados como animales y con problemas de terrorismo. La infertilidad física es la metáfora de una infertilidad moral de una sociedad enferma, inhumanizada y globalizada, ese «fin de la esperanza» esa falta de futuro y de mañana hace que florezcan las desigualdades sociales, los conflictos políticos y los problemas con la inmigración,etc. Entre todo eso se nos presenta el personaje de Theo, un hombre hastiado de la vida, profundamente cínico y nihilista que se mueve por inercia en esa realidad distópica.
EL ENCUENTRO CON EL MENTOR: Parece tener un sólo un amigo, Jasper Palmer, un peculiar personaje que le ofrecerle refugio y consejo.
EL DETONANTE, LA LLAMADA A LA AVENTURA y EL RECHAZO A LA AVENTURA: Es secuestrado por un grupo revolucionario llamado «los peces», liderado por su ex pareja, Julian, a la que no veía desde hacía años con el fin de que consiga una documentación para llevar a una chica, Kee, fuera del país hacia otra organización llamada «proyecto humano» haciendo uso de sus influencias con un primo que es ministro a cambio de dinero. En principio Theo acepta a regañadientes involucrarse principalmente por la cuestión económica pero sin mostrar mucho entusiasmo.
EL PRIMER PUNTO DE GIRO. LA PRIMERA DECISIÓN RELEVANTE: El asesinato de Julian mientras llevaban a Kee a «proyecto humano» hecho que hará que Theo reaccione de alguna manera y comience a abandonar su apatía de forma definitiva, esto se nota en el hecho de que ya no se le ve bebiendo alcohol a partir de ese momento. El siguiente punto remarcable se produce tras el asesinato de Julian cuando los protagonistas son llevados a una granja de «los peces» en la que se produce la anagnorisis del protagonista, la revelación del embarazo de Kee y que ésta le diga que Julian le recomendó que sólo confiase en él con lo que Theo comienza a comprender su responsabilidad con Kee y a no faltar a la confianza de Julian, además Theo descubre que «los peces» son los responsables del asesinato de Julian, que pretenden asesinarlo a él y utilizar al bebé de Kee para legitimar sus intenciones políticas y ganar poder. Esto hace que Theo tome la decisión de llevarse a Kee y a Miriam, al comadrona que la cuida al único sitio seguro que conoce, la casa de Jasper.
EL ENCUENTRO CON EL MENTOR: Acuden a casa de Jasper en busca de refugio y ayuda dando paso al punto medio de la película en el que se descubre el motivo por el que Theo muestra ese comportamiento tan desarraigado. La pérdida de su hijo pequeño. Los «peces» no tardan en descubrir el paradero de Theo y Jasper los salva diciéndoles que se dirigan a un colegio abandonado en el que un policía corrupto al que le vende marihuana les ayudará a entrar en un campo de refugiados para llegar hasta «el proyecto humano» y se sacrifica para poder darles tiempo para escapar.
TODO ESTÁ PERDIDO, HACIENDO SUFRIR AL PERSONAJE: Traslado al campo de refugiados de Bexhill y Theo descubre que Miriam no sabe cómo contactar con el Proyecto humano y está bajo el acecho constante de los peces, Myriam es capturada por la policía con lo que Theo se queda sólo. En esta parte, Theo es más consciente de lo vulnerable que es Kee y de su responsabilidad con ella. No sabe en quién debe confiar, si en el policía Syd o en la gitana Marichka.
EL SEGUNDO PUNTO DE GIRO, LA DECISIÓN ÚLTIMA: Nacimiento de la hija de Kee, continúa el sufrimiento del protagonista que tiene que evitar que Syd se apodere del bebé de kee cuando se entera de su existencia y que no puede evitar que los «peces» capturen a Kee y a su hija aunque después logre recuperarlas siendo herido de muerte por Luke.
EL CLÍMAX: Theo consigue llevar con la ayuda de la gitana Marichka a Kee y a su hija a la boya en la que «el proyecto humano» la recogerá en el barco «Mañana». Theo se redime y recupera la esperanza aunque de su vida para conseguirlo.
Recursos técnicos:
La película está rodada a modo de documental, con muchas escenas cámara al hombro sobre algo ocurrido en el año 2027 utilizando el plano secuencia, esto se ve al principio de la película, en la escena del coche y la escena de la batalla al final de la película, la más extensa en duración que recuerda en muchos aspectos a la chaqueta metálica de Kubrick. La fotografía de Emmanuel Lubezki también destaca por una perfecta utilización de la luz natural para recrear el ambiente gris y decadente sin recurrir a las habituales fuentes externas haciéndo énfasis constante en una idea permanente de ocaso. Hay abundancia de colores fríos, marrones y verdes transmitiendo constantemente la idea de un mundo estéril excepto en la escena del parto en la que la oscuridad de la habitación contrasta con la débil pero a la vez potente luz de un simple candil que parece iluminar la estancia como algo más portentoso.