
Para las «joyitas» a las que nos tiene acostumbrados Netflix, lo cierto es que esta se salva de la media aunque como diría Sick Boy: «está bien pero tampoco está de puta madre!.
En la ciudad polaca de Breslavia comienzan a suceder una serie de horrendos crímenes siempre a las seis de la tarde asociados con una costumbre del siglo XVIII de ajusticiar a a los ciudadanos más corruptos, depravados, ladrones, etc para dar ejemplo y así «limpiar» la sociedad y empezar una nueva época de esplendor.
Teniendo en cuenta que que es una película cuyo argumento bebe directamente de la ya clásica Seven, no puede negarse que presenta ciertos toques singularizantes y divergentes como son un personaje principal protagonista femenino tremendamente carismático; un toque gore explícito que la hace no muy apta para estómagos sensibles y un ritmo «in crescendo» que no decae en ningún momento.
Presenta una serie de puntos débiles en el guión que ponen en peligro el conjunto de la película. Una serie de cabriolas argumentales metidas casi a la fuerza para dar pie a las puntos de giro principales y que sólo se le habrían ocurrido a los guionistas más vag@s, no obstante, el resultado global es bastante bueno siempre y cuando no te pares a analizar mucho el guión.
Muy recomendable para pasar un rato entretenido con una historia que podría decirse que es una «seven a la eslava», directa a vena.