¿Era necesaria? ¿Aporta algo a todo lo anterior? ¿Es toda ella un Deus ex machina?.
Son preguntillas que se te vienen a la cabeza tras su visionado. Lo cierto es que yo sólo me acuerdo de Matrix (la primera). Reload y Revolutions las vi pero no las recuerdo y la verdad es que no me apetece revisionarlas y Fattrix Resurrections parece una especie de mala copia de la primera hecha para nostálgicos cuya única finalidad es la de ganar pasta. Un Reboot vamos (aunque la señora Wachowsky lo llame «Actualización del código alterado»)
Y qué es un Reboot, pues según Kevin Smith, que es Dios, en Jay y Bob el silencioso el Reboot:
«Un reboot es cuando Hollywood quiere ganar mucha pasta sin el rollo de hacer una peli nueva. Pillan una peli vieja y la cambian lo justo para hacerte pagar otra vez por la misma mierda»
La cosa es que en esta de Fattrix parece que la intención es hacer una parodia de la situación socioeconómica actual, en plan No mires arriba pero con un rollito más filosófico. Partiendo de la base de la primera peli y transmitiendo el mensaje de que veinte años después no sólo no habéis liberado vuestras mentes sino que aún sois más gilipollas tontos y dependientes de los medios y la tecnología. Ahí lo clava.
«Nosotros creemos que Fattrix Resurrections es lo «putomejor» y le damos 46 points»
Lo puto mejor: el personaje de Neil Patrick Harris que aporta algo de frescura y algunos guiños como la empresa de Neo llamada «Deus Machina» (Dios es una máquina)
Lo puto peor: Es demasiado larga y tediosa.
Mi conclusión es que da igual qué pastillas elijas Neo, pirulí rojo o piriulí azul, qué mas da si al final acaban todas igual.
Sus pasos resonaban en un mundo vacío, sus sueños se reflejaban en los charcos del hastío y en la inercia de su desdicha; en aquella primavera de sombras, sus lágrimas florecían.
Lo ideal sería que aún estuviésemos en navidades para que todas las historias lucieran en todo su esplendor pero en pleno enero resulta difícil.
Aún así, a pesar de que ya no estemos en esa época en la que todo lo que ha sucedido y todo lo que está por venir; como bien indica Silvia M. Díaz en el prólogo; Sueños de nieve logrará que viajes a mundos inventados, cuentos increíbles, historias de amor más profundo y real porque no es necesario estar en navidad para disfrutar una magia que existe si miras al lugar adecuado.
Renacida. Lorena Escobar
Uno de esos relatos cuya primera frase te desarbola como si todo su argumento estuviera concentrada en ella con la intensidad de unos versos rotos.
«Una sóla frase que tiene el poder de unir o separar a dos personas» .
La autora nos presenta a una protagonista rota y devastada por un trágico suceso que se retira con su perro a una casa cerca del mar en esa época de fiesta religiosa que todos los paganos celebran llamada Navidad hasta que recibe una inesperada visita.
Una historia que rezuma dolor pero también esperanza con una fuerza y un sentimiento que homenajea el recuerdo vivo de una persona que ya no está.
«El frío no pasa nunca pero aprendes a atrapar los rayos del sol para seguir con vida»
La antología empieza fuerte con este relato.
Milagros. Estrella Vega
Una pérdida, un recuerdo, una casita, una anciana y un momento para quedarse en la eternidad en el que el corazón de dos mujeres, encogido por un mundo frío y aislado que se llenó de una calidez sencilla pero reconfortante.
Un relato similar al anterior en cuanto a temática pero diferente en cuanto a estilo (más decimonónico, parece que estás leyendo a Balzac); con una cadencia rítmica exquisita, expresiones precisas y escogidas así como unas descripciones livianas pero envolventes hacen que Estrella Vega sea, en mi opinión (otras personas podrán decir lo contrario), la mejor escritora de la antología con diferencia.
Un relato magnífico que nos recuerda la máxima latina nomen es omen y nos enseña que los milagros existen.
Miracles
Donde tus deseos te lleven. Yaiza Sevillano
Una Daina llamada Gebre que sólo quiere hacer bien su trabajo y que sea valorado. Un corazón roto; una provechosa conversación con un gorrión; una antigua postal del Parc Güell y una expresión de asombro pura.
Un relato que rezuma nostalgia y homenaje jugando con elementos de la mitología catalana y con anécdotas familiares que le dan mucha fuerza y personalidad a la historia llevándonos a dónde nuestros deseos nos guíen por la luz de los recuerdos.
Gebre, creo que esto te va a gustar, has hecho muy bien tu trabajo. 😉
M’ha fet plorar una mica.
Tierra de nadie. Aureliano Rocamora
El notas se flipó viendo Feliz navidad y le dio por escribir un ladrillo en un estilo algo pedante que si bien se deja leer puede resultar un tanto pesado. Al menos tuvo el buen gusto de incluir una ulanka y de amenizar la historia incluyendo ventosidades, bebidas alcohólicas en ingentes cantidades y una pachanguita de fútbol; elementos que salvan un poco el conjunto.
Descripción gráfica a medida que leía este relato…
Celebración. Jesús Durán
Comienza con una cita de Henry-Fredéric Amiel que plasma con contundencia la idea del texto. Componer un poema con una temática navideña no resulta tarea sencilla y el señor Durán capea estas difucultades escribiendo sobre la familia, la magia y la ausencia una composición con una gran musicalidad y mensaje. Al fin y al cabo, en palabras de Alain: «Lo mejor que podemos hacer en función de quienes nos aman es seguir siendo felices».
La marca de nacimiento. Auri Lizundia
Uno de los relatos que más me han gustado, si no el que más por la inteligente mezcla de hechos históricos sinópticos así como lugares y pueblos reales junto a personajes que si bien no eran Reyes, ni Magos, ni tan siquiera eran tres hombres fueron llamados para llevar a cabo una misión por causa de una marca de nacimiento destinados a ser la mecha que encendiese las relaciones entre dos mundos y que nos brinda una historia que bien podría haber sido tal como nos la narra la autora.
La luz iluminará el camino.
Ipuin ederra. Benetan ona!!! Zorionak eta segi horrela!
Alien Klaus. Patricia Hernández
Un relato sobre un viaje interestelar escapando de un planeta Tierra devastado por el cambio climático; con guiños a Parque Jurásico, Star Trek y a una poco conocida pinícula de terror espacial dirigida por un tal Ridley Scott.
Alien Klaus es un muy original relato en el que una avería inesperada, un encuentro con una criatura y un simple olor nos transporta en menos de un yoctosegundo a ese instante en el que perder y recuperar todo puede significar una segunda oportunidad y la inocencia de un niño puede, a veces y como diría cierta criatura antropomórfica de tez semitransparente con el pelo azul eléctrico y unos ojos azules aún más extraños:
Un abeto con nombre propio, alegrías y tristezas desoladoras de recuerdos y pérdidas; un regalo y un romance. Estos son los ingredientes de un maravilloso e inexplicable milagro navideño que te llegará a la patata por cómo nos va llevando la autora, sin darnos cuenta, hasta ese momento de la historia en el que un simple y solitario abeto convierte lo imposible en realidad.
Sparkle
El gnomillo navideño. Virginia Orive de la Rosa
Un chaval un tanto sociópata, una pleisteision, un gnomillo que piensa por su cuenta y un final que hace que te enamores completamente de la historia provocándote una sonrisa.
Es el relato con el que más he disfrutado sin duda por ese tono gamberro y extremadamente ácido con el que trata la frivolización y el consumismo de la Navidad por medio de un estilo muy orweliano que recuerda mucho a Rebelión en la granja o incluso, forzando un poco a la peli Brazil; porque a veces hace falta que todo cambie para que todo siga igual.
No se necesita más para entonar un ¡¡¡Weeeeeeeeeeeee!!!!
Es el que más me ha gustado sin duda.
Tough Life madafakas!
La rueda de la navidad. Gloria Gómez.
Un poema de sencilla pero de entrañable factura cuyos versos esconden sin embargo, un potente mensaje que calará en cualquier persona que lo lea de forma que cada palabra se convierte en un recuerdo o una esperanza de acontecimientos pasados y futuros.
Haciendo una analogía con lo que me transmite este poema en palabras de Catalina de Génova: «Si una simple gota de lo que siento cayese en el infierno, lo transformaría de inmediato en paraíso»
Un deseo por navidad. Camila Torres
Ser invitada a la boda de tu ex en navidad, una mentirijilla, un favor y dejarse llevar por los acontecimientos. Son los ingredientes que hacen que un deseo por navidad sea un delicioso relato de best Friends to Lovers en el que priman los diálogos, cosa que a mí me parece muy difícil de hacer; su estructura a dos voces, la rapidez del ritmo narrativo y la percepción de la química entre Holly y Noel, los protagonistas como algo casi palpable. Un relato que te sacará más de una sonrisa y alguna que otra lagrimilla porque quien ama no examina el amor y quien actúa no medita sobre la acción
Me recordó mucho a Love, Rosie y a ¡Qué duro es el amor!.
Ilusión navideña. Juana Andrades
Un incidente en un puente, una tienda antigua y un ángel de cristal. Un relato tan oscuro como luminoso que nos enseña algo sobre los milagros y que la esperanza es lo último que debes perder, mucho menos en navidad.
La historia más dickensiana y con el espíritu navideño más fuerte que te deja poso.
Recuerdos por navidad. Carmen Amil
Una vuelta a casa por navidad, bueno, más bien por nochebuena; un reencuentro, un don y una sonrisa auténtica que lo desencadena todo. Con ese toque de deriva existencialista, podría decirse que es romanticismo de salón del bueno.
Una historia en la que a pesar de los años, los sueños rotos, los desengaños y de sentir que estamos a punto de caer en el abismo de nuestra propia oscuridad; siempre hay una pequeña luz que, de alguna forma, nos marca el camino de baldosas amarillas.
Además, este relato tiene el mérito por sí mismo y por la persona que eligió el orden de inclusión, de romper la monotonía temática que nos venían mostrando los anteriores relatos.
Hago flash y aparezco a tu lado. Sara Torres
El regreso a un lugar muy querido marcado por una pérdida, la búsqueda de unos adormos navideños, un sueño más extraño de lo normal y una ventana a otro mundo que da inicio a una nueva visión de la vida.
Solamente por ese título se merecería el reconocimiento de mejor relato de la antología en cuanto a espectativas pero sin embargo al empezar a leerlo me defraudó y pensé: «Más de lo mismo», hasta que llega ese momento de la historia en la que literalmente te da una hostiafina sufres una suerte de epifanía y piensas «pero qué genialidad es esta» y entonces, como cuando te quedas deslumbrado por el flash al hacerte una foto te quedas atontado unos breves instantes siendo consciente de que tienes un nuevo recuerdo y que ese mundo que te parecía distante y frío es ya algo más cálido.
Spotlight
La cena de nochebuena. María Vázquez.
Una cena algo complicada, un pony y un recado de última hora que desemboca en un reencuentro inesperado. Un relato divertido que te provocará más de una sonrisa, sobre todo si eres de Galicia, porque si estuviera escrito en galego pensarías que es algo que pasa en tu propia casa junto a esa sombra de saudade, una suerte de melancolía que dicen tenemos os fillos e fillas de Breogán que resulta difícil de explicar y mucho más de entender pero que compensamos con ese «malo será» tan enxebre. Una historia que nos enseña que de nada sirve lamentar lo que pasó y que siempre hay tiempo para volver a empezar despacio y sin miedo.
La antología empieza fuerte con Lorena Escobar y acaba más fuerte con María Vázquez que vuelve a tocarme la fibra.
Alomenos as zapatillas non tiñan buratos…
Amistad de cuatro patas. María Leiva. Relato invitado
Con un estilo que mezcla casi como si se tratase de una ósmosis perfecta tristeza y alegría con toques, como el de Parque Jurásico para indicar que algo va a pasar, así como esa sensación permanente durante toda la lectura de que la autora haya vivido muchas de las cosas que nos cuenta.
Amistad a cuatro patas nos cuenta la historia de una pérdida, un trauma, un vacío devastador y una parada de autobús y un cachorrito. Un relato oscuro y opresivo (Non me poñas Lugo coma se fose Mordor cona 😉 …) que nos cuenta una historia, esperanza, amistad y de amor hacia los animales en la que un solitario viaje en busca de consuelo y de recuerdo acaba con un inesperado encuentro.
Transcurriendo también en Galicia (Galiza calidade), aunque no refleja con tanta fuerza como en el relato anterior ese costumbrismo gallego tan identificativo no siendo esa la intención del relato obviamente, sí se nota que la autora coñece a terriña.
Hola, son Loki e son moi riquiño!
Conclusión discutible:
Sueños de nieve nos ofrece una gran variedad de temática en la que predominan la nostalgia, la esperanza, el humor así como los recuerdos, las pérdidas y la propia oscuridad que le permite, a pesar de ser una antología muy constreñida por la temática navideña poder disfrutar de su lectura en cualquier otra época del año.
Aunque también pueda leerse de forma aleatoria, una de las cosas que más me han gustado es la disposición de los relatos en el orden de aparición , supongo que habrá que agradecérselo a Lorena Grande, ya que permite a la gente que la lea evitar cansarse y poder deleitarse así con las diferentes temáticas, estilos y ritmos que las autoras nos ofrecen .
Una antología que plasma el sello de la navidad en el corazón de toda persona que la lea de forma que se vea agitado por las abrumadoras sensaciones que todos sus relatos despiertan.
1º) Mezclar por este orden: 110 ml de agua templada, 1/2 vaso de leche, una cucharadita de las del café de sal (remover), 100gr de azúcar, 25 g de levadura fresca (remover), ralladura de una naranja y un limón, algo menos de una cucharada sopera de esencia de anís y 500 gr de harina de fuerza.
2º) Amasar hasta que no se pegue a las manos, añadiendo un poco más de harina si es necesario; darle la forma deseada y dejar reposar dos horas tapado con u trapo de cocina.
3º) Una vez pasado ese tiempo, precalentar el horno a 200ºC y pintar la superficie con un huevo batido, añadir el azúcar y meter en el horno durante veinte minutos hasta que se dore. Colocar las frutas escarchadas si se quiere y dejar enfriar.
La mortecina luz de aquel farol, que se filtraba a través de un desgarrón en los confines de su conciencia le hizo percatarse de la realidad. El joven que no soñaba se había convertido en un viejo que lo hacía a veces. Eso era todo.
-Jason, meu, ¿Onde cona anda o editor escuro?… -Creo que por alí abaixo creando Hype…
Una antología que puede leerse en orden o o no pero que resulta muy entretenida, con gran variedad de géneros y estilos que nos harán disfrutar del terror. Con una portada tremendamente original y llamativa que llama la atención (me gustaría felicitar a la persona que la hizo por su genial trabajo) y unos relatos en los que las vísceras, la sangre, los vicios y depravaciones así como la propia realidad se concentran para nacer; que los clementes dioses los bendigan.
Puede que si eres de ese tipo de personas que han visto El Exorcista ciento sesenta y nueve veces y cada vez que la ven la encuentran más graciosa les deje indiferentes pero… ¿quién habría hecho algo así?… En caso contrario la disfrutarás.
SHOWTIME…
Spirit Box. Juan Flahn
Cualquier historia ya sea literatura, cine o radio en la que aparezca un personaje cagando es señal de calidad indiscutible sea cual sea su contenido pero en este caso, el señor Juan Flahn nos ofrece otros ingredientes tales como: Una caseta, un colchón mohoso, dos youtubers y un gañán. Qué más se puede pedir para un buen relato de terror desarrollado en cuatro fases; inteligenete, bien construído y con un final a la altura del conjunto. Recuerda a la película Followed del 2018. Al fin y al cabo como afirma uno de los personajes:
“Hombre, es lo que esperan nuestros seguidores. Pasar un rato de miedo; y eso no deja de ser un espectáculo”
os haréis popó
Matar a Sergei Glamulov. Enrique Cordobés
Con ese título, lo primero que se te viene a la mente es algún título de la prosa decimonónica rusa pero al leerlo te encuentras con algo muy diferente.
Un planteamiento muy original, tanto por su contenido en el que un amuleto tendrá cierto protagonismo, como por su estructura en forma de microrrelatos con un muy buen comienzo que te atrapa. Uno de los relatos más “desagradables” de la antología(por la historia y por los personajes) y con el lenguaje más duro. Me recordó a la brutal serie belga de 2008 Matrioshki
La conclusión es que lo leerás de forma tan absorbente que incluso si tienes un ojo de cristal se te irritará.
Poner a Boris Karloff hubiera sido muy obvio…
Gatúbelo. Mario Martín
Un hospital veterinario, una guardia solitaria, un maullido y un cierto toque kafkiano. No se necesita más para ofrecernos una gran historia de miedo. No sé si es impresión mía pero creo que es un relato muy Stephen King, con referencia a The Shining incluída, en el que un solo personaje, en una situación cotidiana se enfrenta a algo aterrador que cambia su vida, con los puntos de giro en los momentos adecuados, el uso del frío para marcar ciertos momentos y un final brillante.
Un relato en el que leer historias de fantasmas en medio de la noche igual puede pasarte factura.
eu tamén son riquiñ@
Una buena mañana. Elio Quiroga.
Lo primero y más de recibo que hay que decir sobre este relato es que el señor Quiroga es sin duda junto al señor Eximeno, el mejor escritor de la antología (su reino no es de este mundo) y seguramente Una buena mañana sea el mejor relato pero no el que más me gusta.
¿Se trata de una locura?, ¿de un sueño? o tal vez de las dos cosas. Es una parábola jungiana cuyo único objetivo es inquietar al osado lector que se atreva con él. Me recordó mucho a La cabina de Mercero y bien podría formar parte de la nueva Historias para no dormir.
Hay un pavo al principio de la fila que…
La última cena. Rebeca García
Es un relato que ya de primeras te acojona acongoja al poner un aviso de contenido sensible pero luego resulta que es el que te hace pensar más por tener un trasfondo más filosófico o eso es al menos lo que me parece a mí. Cinco puntos, un devorador y algo con lo que llenar ese vacío que amenaza con ahogarte y destruírte por dentro. Recuerda al moderno Prometeo de Mary Wollstonecraft Shelley.
El relato que más me ha fascinado sin duda.
extra miedito
Judith y Ethel. Marta Barilari
Me confieso enamorado de la moda juvenil y de este relato, el que más me gusta de la antología en mi opinión y seguro que en la de mucha gente porque lo tiene todo para ser un relato redondo.
Una historia que como su protagonista, resulta siniestra pero también especialmente hermosa y misteriosa. Ante su imperio sin lagunas, ante su soberanía sin límites nuestras rodillas se doblan.
Unas frases iniciales que te atrapan y te hacen afirmar…
Un argumento muy duro envuelto en unos personajes creíbles a la vez que brutales con una psicología y unos detalles que te dejan picuet. Referencias a El paraíso perdido de Milton, como una venganza indirecta; tal vez a las hermanas Archer de Sleepy Hollow, a las hermanas Hudson de Qué fue de Baby Jane por ese desquiciamiento opresivo que estalla en algún momento y puede que a Carrie del señor King por ese personaje que sufre en soledad y por el gore más descarnado; un estilo que parece como si a Lizzy Bennet se le hubiera ido la pinza en plan macabro y en vez de Orgullo y Prejuicio hubiera protagonizado: Te cojo y te mato así como un final absolutamente sobrecogedor en el cual la autora se permite el lujo de incluir un epílogo.
La conclusión es obvia: No somos dignos.
El encargado. S.A.M
Cuatro amigos, un campamento, un hombre elegante y una siniestra y macabra canción. El relato más claustrofóbico de la antología, se propone que la persona que lo lea pase un mal rato y lo consigue.
Me recuerda a una película argentina de 2018 titulada Los olvidados porque te va envolviendo desde la más absoluta normalidad hasta el terror más desagradable con una naturalidad pasmosa.
Acho pijo!
Mal de altura. Katherine Vega
A trescientos metros de hacer cumbre en la montaña más alta del planeta hay muchas cosas que pueden preocuparte porque todos sabemos que a ocho mil metros de altura nadie puede ser un héroe (a no ser que seas Anatoli Bukréyev): La hipoxia, una ventisca, quedarte aislado de tu grupo, no tener suficiente oxígeno cualquier cosa excepto lo que se cuenta en esta historia.
Puede que mal de altura no sea el relato que más destaque de la antología pero sí, al menos para mí, el que más me haya hecho disfrutar tanto por su planteamiento, su protagonista y un final que te deja absolutamente extasiado pero si hay algo que me llamó la atención fue su documentación.
Se nota que o bien su autora es una gran conocedora del tema o trabajó mucho para utilizar los términos adecuados por los constantes guiños que nos presenta. (George Mallory, Mountain Madness, Lincoln Hall, etc). Puedes jugar a «buscar el guiño» en la historia y poner a prueba tus conocimientos sobre expediciones al Sagarmatha.
Es mi segundo favorito.
el Jigou madafakas!
El padre. Toni Cifuentes
Un regalo de cumpleaños muy especial y un viaje. Seguramente el relato más original de la antología que te hace preguntarte a medida que lo vas leyendo qué cojones me estás contander Toni.
Dividido en diecinueve minicapitulos, nos presenta una historia absolutamente genial como si Tim Burton se hubiera metido un tripi con licor café. El título del relato tiene su importancia en el mismo, el motivo del viaje te deja absolutamente loker y el final es brillante. Como dice uno de los personajes: “Estoy seguro de que te gustará”.
Madre de dos. Erica Couto Ferreira
Uno de los relatos más inquietantes y crudos de la antología. Su primera frase te deja helado y seguramente sea literal y lo que resulta más desconcertante, REAL.
Una visión no sé si más oscura de la maternidad pero sí bastante terrorífica. El ambiente que se describe en el momento anterior al parto, en esa sala de espera que te afecta como si estuvieras allí es absolutamente magistral. Terror psicológico en una historia en la que nada es lo que parece o sí.
Es el único relato que me ha hecho pasar miedo de verdad y mi tercero favorito.
Fuera coñas que me dio cangui…
El Kaishakunin. Aureliano Rocamora
Con ese estilo pedante y paternalista propio de los simios autistas con sobrepeso que según la leyenda apócrifa tiene esclavizados en su sótano el señor Stephen King escribiendo sus últimas novelas se nos presenta una historia que pretende ser terror paranormal sin conseguirlo utilizando el manido tema del terror japonés.
Además la única errata que encontré en la antología está en este relato. Un claro ejemplo de una mala imitación de James Herbert. Con El kaishakunin obtenemos dos conclusiones; que todos los tontos tienen suerte y que el hecho de que el que suscribe pueda afirmar categóricamente que podría escribir el mismo relato si no mejor, sí igual no habla muy bien de la historia.
No that way…
La eterna bella durmiente. Miguel G
La adicción del poder, algo fácil, la belleza del dolor. Es como si el marqués de Vauvenargues se hubiera hecho coleguita del de Sade y escribieran un relato a cuatro manos en plan risas.
Seguramente sea el relato más incómodo y el que genere más rechazo pero eso no quiere decir que no sea bueno, sólo que da bastante cosica. Una visión de la muerte diferente y depravada que no dejará indiferente a nadie.
Una metáfora que describe de forma aterradora ese estuche donde la pobre alma humana almacena sus miserias disimulándolas con un perfume caro para que nadie sea capaz de percibir cómo apestan.
WTF????
Híbrido de té. Santiago Eximeno
Un duelo, un velatorio y un injerto rosado. Un viaje entre la lírica y el surrealismo flotando en penumbras de sentimiento y olas de ausencia.
Este relato, que empieza con unos versos de Dulce María Loynaz que nos deja entrever su intención y supone, creo yo uno de los mejores relatos de la antología por su complicada sencillez. Me recuerda y puedo hacer la comparación porque para eso es una opinión subjetiva, a la película Lobster y es que las cosas que se mueren no se deben tocar.
Deads don´t die…
Várlorac. Rafael Díaz Gaztelu
El naufragio estelar más misterioso de la historia. De dónde ha salido, quién lo tripula y sobre todo, quién es el Várlorac son las preguntas que nos plantea la narración a través de una serie de sucesos que nos harán pasar un mal rato, al fin y al cabo todos sabemos que en el espacio nadie puede oír tus gritos.
Un magnífico relato sobre terror espacial con toques de ciencia ficción que recuerdan a clásicos como Dark Star de Dan O´Bannon o la mítica La galaxia perdida. Destaca el uso de términos técnico y de protocolo de misión que le da un toque singular.
En resumen, un misterio, unos cables y unas marcas que no te dejan indiferente. Una historia a la que le he tomado especial cariño y que da la sensación de quedarse encorsetada por el límite impuesto por el formato.
Magnífico.
Conclusión discutible:
Hay un refrán alemán que reza:
«Die Augen vertrauen nur sich selbst; die Ohren den anderen; nur das Herz sieht die ganze Wahrheit«
«Los ojos solo confían en sí mismos; las orejas se fían de los demás; solo el corazón ve toda la verdad»
Así ya sea por lo que veáis, por lo que os cuenten o por lo que os diga la patata no dejéis de darle una oportunidad a esta antología.
Se Contaba que un buhonero de Allariz estaba cometiendo atrocidades en la comarca pero yo no quise darle importancia y salí con las ovejas al monte para aprovechar el buen tiempo.
Faltaban dos días para navidad y necesitaba tener a los animales listos para la feria de año nuevo. Al pasar por delante de la iglesia los niños del coro estaban cantando Adeste, Fideles y aquello me reconfortó.
Todo transcurrió sin incidentes hasta que, cuando me disponía a regresar, el cielo se cubrió repentinamente de nubes negras y empezó a nevar. Una nieve que caía con fuerza en medio de ese frío seco que hiela la sangre.
No pude más que dirigir al rebaño a una vieja cabaña aislada no muy lejos del lugar en el que me encontraba que se usaba para guarecerse en tales casos. Tras instalarme y tomar un poco de queso con vino algo sucedió. Salí de la cabaña en ese momento de luz en el que ya no es de día pero tampoco de noche, en ese lusco e fusco que tanto temen los supersticiosos tras escuchar unos extraños sonidos como de arañazos y pisadas cerca de la puerta que se imponían a los de la ventisca con la seguridad de que los lobos no se acercarían tanto.
Ya en el exterior pude ver unas extrañas pisadas que marcaban un camino que se perdía en el umbral del bosque y pequeñas gotas de sangre fresca manchaban las huellas sobre la nieve blanca perdiéndose más allá de la vista. Aquellas marcas parecían de hombre, grandes y con el pié desnudo pero aunque estaba acostumbrado a rastrear todo tipo de huellas tanto de bestia como de cristiano, aquellas pisadas no eran ni de uno ni de otro. Entonces fue cuando, de repente, sentí ese miedo atávico que afecta sólo a los animales al estar siendo observados cuando sienten de cerca la muerte y corrí de nuevo dentro de la cabaña como si fuera un niño asustado.
Fuera sólo había silencio y aquello que me observaba ya no estaba