Fall. Opinión subjetiva y poco seria


Un guión insultántemente absurdo y similar al de A 47 metros pero cambiando profundidades por alturas y tiburones por buitres con una estructura radiotelegrafiada desde el minuto uno en la que nos encontramos a una protagonista desconsolada por pérdida de su pareja (en otra temeraria y absurda aventurilla trepando un muro vertical con la infausta intervención de unos pajaricos) que es convencida por su muy mejor amiga yiutuiber Titsforclics/influencer (ya le gustaría ser como Victoria Fedeguica) para, más de un año después del trágico suceso acudir prestas a escalar una ruinosa antena de televisión, próxima a ser demolida, de nada más y nada menos que de seiscientos metracos de altura para recuperar la confianza perdida y esparcir las cenizas del difunto y, aprovechando la coyuntura, grabarlo todo en vídeo y subirlo a su canal para obtener más visitas, más me gusta y más viruta.

El guión nos ofrece un juego de equilibrios en la cuerda floja saltándose todas las medidas de seguridad que el sentido común nos haría tomar enfrentados a tamaña empresa junto con escenas del mundo onírico para llenar huecos que luego se harán necesarios en el devenir de la trama así como una sucesión de miguitas de pan en forma de «trucos» para obtener cargas de batería gratis o camiones que pasan raudos sin respetar la integridad física de personas u objetos que luego serán astutamente utilizadas por las protagonistas así como el papel de las aves en el film que resulta ser algo similar al del fantasma en la literatura gótica o las naranjas en las pinículas del señor Coppola.

No estoy diciendo con esto que los guionistas no hayan hecho bien su trabajo o que éste no esté a la altura de otros géneros cuestionados como los retellings sáficos o la literatura fantástica o de ciencia ficción juvenil (tachada de simplona y estereotipada) de la que la magna y laureada Rebelión Roja es ejemplo a citar, tan sólo pretendo hacer notar mi malestar ante el devenir de la historia, su estructura copiada de otra producción, puntos de giro absurdos, motivación de los personajes algo forzada, conflictos inherentes y final telegrafiado.

La única novedad con respecto a la pinícula de los tiburones es la inclusión de ese sórdido y perturbador multiverso de los yiutibers, que sin querer limitarse a sus canales sobre cómo elaborar magdalenas caseras o arreglar zapatos se lanzan ávidos a realizar arriesgadas actividades para conseguir fama y fortuna. Hecho que aporta cierto sentido al sinsentido general que supone el argumento.

No me gustaría dar a entender con esta suerte de filípica que tengo prejuicios contra el colectivo de yiutiubers/influencers (véase Victoria Fedeguica) de la Generación Z, tema que podría alimentar algún que otro estudio antropológico poco serio, ya que son grandes creadores de contenidos y contribuyen a enriquecer la cultura como es el caso de Carlitos del bailador de México o el gran Uncle Sink pero es que en el guión de esta pinícula parecen estar histrionizados de forma que dan la impresión de mostrar, capciosamente en mi opinión, que todos los jiutiubers/influencers (véase Victoria Fedeguica) son gilipollas profundos algo más que idiotas volubles y cándidos productos de un mercado exigente.

Recomendable si lo que buscas son emociones fuertes (cumple con creces). Pegarás más de un salto en el asiento.

Ay que te pillo


Querida Mina:
Ya me olía yo la tostada de que ser escritor fantasma en Transilvania no iba a ser mejor que serlo en el sótano de Stifen kin junto a otros doce simios autistas con sobrepeso. Al llegar a la parada del bus me recogió un taxista que estaba escuchando a Fedeguico Joméniz los Góllums y que levaba un cartel en la guantera que rezaba: «prohibido comer y peinarse» pero cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, me pasé el viaje discutiendo con él sobre si Ortega Cano era o no nihilista hegeliano y al llegar al castillo del conde, que era sorprendentemente parecido al taxista, me recibió con una cena vegana del Mercadona para a continuación explicarme sus intenciones de autopublicar en Amazon una neo novela experimental no lineal en lenguaje inclusivo o tal vez austrohúngaro sobre unos vampiros que padecían bruxismo nocturno, así como insistir en su idea de que, efectivamente, Ortega Cano ERA nihilista hegeliano.


Mina, mi existencia desde que llegué al castillo es un infierno. No hay internet y el wifi funciona a veces. El conde me obliga a escribir sin permitirme escuchar mi canción favorita: «Madre, soy cristiano homosexual» (sabes que eso es lo que me ayuda a inspirarme) y también me tortura obligándome a sentarme con él para ver la serie de los anillos de poder y la casa del dragón. Después debo comentar cada episodio en un Film de cinema si no intenta convencerme para jugar conmigo al «Ay que te pillo» con erótico resultado.

Ayer el conde me recomendó encarecidamente que no saliera de mis aposentos entre la puesta y la salida del sol puesto que no tenía tarifa plana de luz y podría hostiarme con algún mueble por estar todo a oscuras y tras desobederlo lo sorprendí abusando a la luz de la luna de unos niños cíngaros en unos arbustos que hay bajo mi ventana aunque luego él me explicó turbado que no eran niños, si no enanos mayores de edad y que sólo estaban jugando al «Ay que te pillo» con erótico resultado.

El impostor me ataca y como escritor fantasma entiendo que llamar a las puertas del recuerdo se ha convertido para mí en algo doloroso. Hecho de menos el sótano de Stifen King.

Te quiere, tu Jonathan.

Post Scriptum: Acabo de orinarme en los pantalones y nadie puede ya evitarlo.

Opel Astra. Opinión subjetiva


Opel Astra y sí, le cambio el título porque aquí tenemos esa costumbre, aunque realmente se titule Ad Astra, que proviene de la locución latina «Per Aspera Ad Astra»( por el camino áspero a las estrellas), es una película que podría entrar perfectamente en la categoría de pajas mentales del cine, o para l@s más sensibles, interludios bucólico privados del cine, entendiendo por eso: “aquella serie de pensamientos que no lleva a ninguna conclusión y que no es productiva, es decir, imaginarse algo que nada tiene que ver con la realidad y jugar con ello».
Realmente, Opel Astra sí que llega a una conclusión, encuadrada en el nihilismo postmoderno, tras dos horas de auténtico sopor, una magnífica fotografía y unas cuantas frases lapidarias tras un segundo visionado y además de alguna que otra cabezada conseguí entender que el mensaje que intenta transmitirnos es que aunque quieras viajar ansiando conocimientos y experiencias no vale la pena abandonar los diez kilómetros cuadrados que rodean tu casa para ser feliz con tus seres queridos porque el hombre es un lobo para el hombre, el caso es que se trata de una de esas películas tan de autor, tan especialitas que o la amas o la odias sin término medio.

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«Veamos cuanta gente se fue de la sala ya»


El argumento consiste en que en un futuro no muy lejano, a cien años vista tal vez, una serie de pulsos electromagnéticos están fastidiando la tecnología de telecomunicaciones de la humanidad poniendola en peligro, total que los cerebritos de turno descubren que todo es obra de una antigua mision de exploración y búsqueda de vida extraterrestre enviada a Neptuno treinta años atrás y que se creía perdida. Aquí es donde entra el personaje de Brad, que lleva el peso de la película con solvencia y talento, Roy McBride, al que llaman para que vaya, primero a la Luna, luego a Marte y una vez allí envíe un mensaje a la misión perdida, que estaba comandad por su padre para que lo convenza y deje de tocar los cojones molestar de forma tan irritante con las tormentas electromagnéticas aderezado con, como ya dije una suerte de frases lapidarias al más puro estilo Rambo, que pretenden hacer reflexionar al espectador y conducirlo a una conclusión que puede ser inteligible o no, depende del grado de somnolencia, concentración y cociente intelectual del mismo.

A mi entender, el gran error de la película consiste en que se centra demasiado en las vicisitudes del personaje principal, sus traumas y luchas internas desplazando al resto del elenco que prácticamente queda eliminado, Donald Sutherland aparece testimonialmente pero no con el peso de Michael Caine en Interstellar por ejemplo y Tommy Lee Jones , su personaje, se supone que es malo de la película no tiene el carisma ni el peso de Kurtz por ejemplo.

La mejor parte es el principio, un homenaje a Baumgartner que resulta de lo más espectacular y el paso de los protagonistas por la Luna.

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«Hago muchos Test Voigt-Kampf pero no soy un replicante»


Mi conclusión es que no espereis un Gravity o un Interstellar, Opel Astra es una mezcla entre Apocallypse Now, con el rollito del viaje, la voz en of del protagonista explicando sus inquietudes y experiencias el personaje escéptico al que mandan a acabar con el monstruo, el conflicto al descubrir la realidad etc.. y 2001 de Kubrick por lo desconcertante y difícil de su planteamiento.
No apta para los no amantes de la ciencia ficción pura y dura directamente a vena. Requiere un segundo visionado y una exhaustiva investigación previa para llegar siquiera a entender lo que plantea.
Recomendable hasta cierto punto.

La fleur


Mala tradución:

Traducción correcta:

Me florecen abismos de heridas profundas y los recuerdos se marchitan en ellas como en los fugaces sueños que los poetas sueñan estando despiertos. Una flor que nace y se marchita, irónica, sincera descarnada y lírica como un largo y flatulento estremecimiento, la vida es arte, ínfima, sublime y pese al dolor y el vacío, me dejo caer.

Bullet Train. Opinión subjetiva y cuñada


No quiero ponerme en plan cuñao con eso de normalmente los libros suelen estar mejor que las películas que se hacen sobre ellos y en este caso creo que es de recibo reconocer que el tópico se cumple. No pretendo con esto afirmar que la película sea mala o muy mala sino más bien que es una adaptación floja.

No este tipo de cuñao…

Hay películas que en mi opinión cuñada igualan o incluso mejoran las obras en las que se inspian, véase: El silencio de los corderos, Miedo y asco en Las Vegas, El club de la lucha o Largo domingo de noviazgo en las cuáles se respeta la esencia de la historia y los personajes omitiendo datos o hechos «secundarios»· que por motivos de tiempo sólo se pueden apreciar en la novela pero concentrando y recogiendo todo lo importante sumando más que restando a la historia original.

El punto más débil de Bullet Train es que el guión se toma ciertas libertades con respecto  a la novela que tienen como fin hacer más comercial la historia a costa de convertirla en un sindiós de tres pares de cojones un sinsentido restándole importancia a dos personajes que resultan clave en la novela a costa de meter explosiones y luchas espectaculares. Suele suceder con las adaptaciones de pinículas japonesas o de otros países a Hollywoodland y la gente que vea la película se quedará satisfecha porque oferta lo que promete. Mucha acción, un reparto solvente encabezado por un Brad que pese a llevárselo muerto sigue demostrando una y otra vez que no es sólo una cara bonita; una dirección que monta la historia para que estés pegado al asiento desde el primer minuto y un final  de fuegos artificiosos muy del gusto de los yankees.

Más bien de éste tipo…

Total que la película es bastante potable a pesar de que denosta o transforma a esos dos personajes de la novela que resultan claves, el villano (el auténtico, no el que interpreta el gran Michael Shannon) y el personaje que permite el giro final haciéndote exclamar un: «¡Acho, pijo, hueva!» de forma que la historia en conjunto se cierra y queda redonda. (Cosa que en la pinícula no pasa)

Conclusión: Es una peli que se ve pero si has leído antes el libro se nota mucho la diferencia.

Corolario cuñado y P.D: (Hiroyuki Sanada acojona siempre aunque haga de bueno)