In flanders Fields


Durante la Primera Guerra Mundial, el teniente coronel John McRae, médico canadiense, escribió el poema “En los campos de Flandes” inspirado por la muerte de uno de sus alumnos en 1915 que se convertiría en uno de los más populares poemas durante la contienda en referencia a una antigua costumbre de relacionar las amapolas con la guerra puesto que estas flores solían aparecer en muchos campos de batalla tras los conflictos convirtiéndose en el símbolo de los caídos en combate. El día del aniversario del fin de la Gran Guerra, el 11 de noviembre, los británicos se colocan una amapola de papel en solapas y pelo para recordar. En Francia se celebra algo similar en Julio, en la región del Somme arrojando amapolas en el inmenso cráter que dejó una mina al estallar al amanecer del 1 de julio de 1916.

El color de la cascaruja


«La actitud heróica es el privilegio y la condena de los desintegrados, de los fracasados»

Cioran. En las cimas de la deseperación

Recuerdo que me encontraba con mis dos colegas colgando clase en el jardín del instituto como siempre pidiéndoles que me tiraran del dedo sin mucho éxito. Manteníamos una de esas discusiones intrascendentes que suelen acabar en violentos enfrentamientos como los de las cenas navideñas en los que siempre hay alguien al que le rompen una vértebra y dos dientes.

Yo quería estudiar cirugía ectoplásmica en la Carlos III porque se había hecho indispensable para salvar las no vidas de los soldados fantasma en las guerras dimensionales contra los hombres-bicho cucucuchús y el doctor Amesgaiztoa, mi vecino cirujano ectoplásmico, me había convencido afirmando que se ganaba viruta y que sus pacientes siempre salían adelante, al menos un cuarenta por ciento de ellos pero puede que aquel día algo cambiase o, al menos, algo empezase a cambiar. Recuerdo que todo transcurría entre risas tontas y ventosidades mal disimuladas.

Tras una serie de elucubraciones densas de erudición, la conclusión que sacaba Tommy al respecto era irrefutable. La peli más homoerótica que había era Top Gun o tal vez Entrevista con el vampiro pero yo no le prestaba atención ya que lo hacía como un poeta que se hundía ahogándose en las profundidades de su propio cuñadismo. El silencio de su acento sobrio destruía el despertar, como el soñador que vive de abstracciones en ese amor imposible por las puertas calientes. Como un gemido en las brumas del tiempo, como la galanura de Jordi Mollá interpretando a un libertino bogotano, como darle la vuelta al calcetín que contiene el Universo. Decidí buscar en yiutuif a Carlitos el bailador mexicano hasta que topé por casualidad con el video de un podcast cultural llamado «El color de la cascaruja» en el que estaban leyendo microrrelatos que les enviaba la audiencia para Halloween. Ya habían leído uno de un humancé soviético que alunizó y se devoró a sí mismo y tras terminar una diatriba algo petetesca sobre cómo se reían los lacedemonios acompañada de un chiste demasiado proustiano e impropio de un caballero sobre queso Rochefort leyeron uno que se titulaba: Ay que te pillo.

Días después, descubrí algo que me afectó en aquella época convulsa. El doctor Amesgaiztoa lo había abandonado todo para participar en Master Cheff con lo que perdí toda esperanza y decidí meterme a estudiar derecho. Era como la vela que muere devorada por el insaciable apetito de su amante en un chármant poème d´amour; como la realidad que muere devorada en un mundo ficticio justo ante le passage des thermophyles y las palabras lo hacen presa de la fe. La Comédie humain.

Enfermos de lo efímero y lo precario, la pasión se vuelve mediocridad y la ambigüedad nos hace cómplices de toda la trampa entregándonos a la culpa, destruyéndonos. Tan cierto como que la sangre tiene cobre y Drácula era rumano.

Mis deseos, preñados de optimismo, quedaron sumidos en silencios de forma que no había ilusión a pesar de que todo era azul y sensible a la alquimia de los sentidos; sumida en una pereza trágica, efímera e intangible. En ese tant pis, que diría algún cuñao con nociones básicas de francés, que te lleva a ser desesperadamente consciente de ti misma, desesperadamente sexy.