Antología libélulas Negras III. Distopías. Opinión subjetiva

«La libertad es un concepto anclado al pasado primitivo del ser humano. Un falso sueño para el que no estamos preparados en nuestros días»

Psico Distopic Kill

«Nos regalan miedo para vendernos seguridad»

El género distópico busca criticar y denunciar los sistemas totalitarios a través de la ficción. Sociedades alienadas en las que la voluntad del individuo queda sometida a los intereses del estado; importancia e influencia de las nuevas tecnologías; grandes crisis naturales o tecnológicas o amenazas terroristas. En esta antología se muestran muchas de éstas situaciones junto con alguna otra que ya sólo depende de la gran imaginación de sus autores y autoras pero que no dejan en absoluto indiferentes. Un despliegue de talento y un ejercicio literario que destaca sin tener nada que envidiar a otros trabajos similares.(Los cuáles algunos están a la venta).

«Sólo hacía falta que alguien encendiera la llama»

Psico Distopic Kill

Un sistema operativo llamado Mickey, implantes cerebrales obligatorios; vigilancia corporativa y un error fatal. Tal vez sea el relato que más impacto me haya producido, tanto por su estructura compleja, capítulos, interludios, prefacio, voces en off; el manejo de muchos de los recursos que toda historia distópica ha de tener (Policía de la mente. Humanizar las máquinas, sueño de libertad, esclavitud, mansedumbre; lo prohibido se convierte en lo obligado, etc) así como por su calidad literaria que me recuerda al Harry Haller de Hesse y en la que convergen dos estilos, uno lírico y otro más ortodoxo de forma que nos ofrecen un conjunto realmente destacable aunque también hay que decir que en ocasiones puede hacerse algo pesado y que tanto por todo lo anterior como por su originalidad y frescura resulta uno de los mejores relatos que haya tenido el placer de leer en este género.

Corvidan:

Blin y Celan. Aceites amoniacales, fango albino, huevos, heces de pájaro, buscadores que subsisten a base de pedidos sencillos. Dos mundos, arriba y abajo

«tiempos en los que habían talado los grandes bosques dónde vivían los corrientes cambios de temperatura y despreocupación ante la continua escasez de recursos»

«A veces era bueno salir a buscar. No olvidarse de lo que había fuera para apreciar lo que aún podían vivir dentro»

Relato desconcertante porque es como cuando empiezas a ver una serie por el capítulo tres de la cuarta temporada. Eres consciente de que ya han pasado muchas cosas que ignoras pero viendo el capítulo te haces una idea aproximada aunque sigues sin enterarte de nada y lo único que hace que sigas viéndolo es la calidad del propio capítulo. Sorprendente y realmente genial.

«El silencio era vida y el ruido muerte, así era el exterior»

Pero Gina tenía un revolver

Una pastilla, una hora, un proceso químico, tres paradas de metro y una información que debía ser descargada en un ordenador antes de que se quede en el cerebro como recuerdo. Tecnología futurista. Relato que empieza In media res sin apenas dejar al lector tiempo de asimilar lo que tiene ante sí a pesar de tener que ubicarse a lo largo de la narración que resulta muy ágil y repleta de acción. Un relato brillante que bien podría ser el guión de un corto de animación.

Defectos de fábrica:

El señor Juan Diego Cabreras “Juandi” nos expone su experiencia, no sin cierta ironía, en una industria modelo de Talarrubias entre tostadoras, inmersión en pensamientos superficiales, chips de restricción emocional e incidencias menores.

Tal vez el relato más original y sorprendente de una antología que ya de por sí lo es. Con un estilo surrealista y absurdo así como unas comparaciones y símiles absolutamente geniales que le dan mucha fuerza al texto, nos presenta esta distopía rural en la que la premisa no es que los robots no se equivocan es, realmente, que aunque haya semáforos flotantes, aviones unipersonales, vehículos que alcanzaban la velocidad de la luz e incluso huevo duro en barra el AVE seguirá sin llegar a Extremadura.

«Próxima parada, Barcarrota»

Non est nisi una vita

Leve convulsión mandibular, ligero latigazo cervical. Exceso de dopamina, metifedinato, pemolina. Paranoias, colapso, efectos del Sapientium, entre otras pastis, (tal vez el focusín y turambaríum también). Un relato cuya primera parte resulta demoledora tanto en estilo (orweliano) como en los conceptos distópicos: Ministerio de salud y productividad; un lema: «Si no produces lo que vales no habrá atención médica»; el concepto del miedo social como órgano rector de las vidas de la gente; un sistema controlados y despótico con algún que otro foco de resistencia, etc. Ahora viene el pero, el propio relato se pierde con su grandeza constreñido por la limitada extensión y desemboca en una suerte de filípica ciceroniana con conclusión en latín incluida que resulta un tanto confusa pero tras tomarme una pasti de Sapientium y otra de Turambarium puedo decir: «Quod necessitate invenerunt, timeo perditerunt». (Lo que encontraron por necesidad, por miedo lo perdieron)

Un mundo de ensueño

«La felicidad es un balance perfecto entre educación, trabajo, prosperidad, amigos, pareja, mascotas, familia, salud, viajes y un largo etcétera»

Una pequeña pildora negra que las grandes corporaciones proyectan para erradicar la necesidad de dormir y ser más productivos generando más riqueza sin tener en cuenta las consecuencias.

Un relato realmente brillante con una estructura de pequeños micros a modo de entradas en un diario que nos presenta una realidad distópica que bien podría ser nuestra propia realidad reflejando muchos conceptos y situaciones (La influencia y manipulación de los medios y las grandes compañías, la promesa de un mundo mejor que nos lleva hacia el colapso, la indolencia y el borreguismo general, etc…). Esa píldora que permite vivir al primer mundo en esa luna de miel, en ese balance perfecto o felicidad sin importar las consecuencias que en un futuro cercano nos lleva hacia el colapso.

Lo triste no es que todo lo que relata esta historia acabará pasando, lo realmente triste es que no le importa a nadie.

La tierra prometida

Un visionario sistema para obtener energía, cambio climático, un colapso y un profeta. T.O.C, éxodos, dudas y divagaciones. Puede que sea el relato más denso y a la vez más sorprendente de toda la antología. Lo primero porque, a pesar de presentar un estilo muy poético, su ritmo y su tendencia a la divagación turambarista lo hacen un tanto pesadito y lo segundo porque con su final se redime por completo en una suerte de apoteósis en plan Requiem de Verdi que te deja sumido en un estado de picuetismo del que te resulta difícil librarte (al menos en los primeros instantes de su lectura). Una mezcla entre la La vida de Brian y Forrest Gump (cuando tenía ganas de correr) que nos presenta dos reflexiones: «¿Qué fragil es la memoria» y «entre todos la mataron y ella sóla se murió».

Sin cielo en la tierra

Una despedida, un juicio injusto, una teoría y una I.A llamada «cielo». Como siempre, sorprende que un relato escrito a cuatro manos presente un estilo tan uniforme que parezca estar escrito por una sóla persona y que además de presentar un contenido con referencias (el contenido me recuerda a la momificación de los antiguos egipcios y también al negociete que cierta religión monoteísta tiene montado desde hace dos mil años con franquicias desde el 312 d. C.); mensaje: «La verdad es siempre mejor que la más dulce de las mentiras»; tabúes (suicidio y la pena de muerte) y una conclusión que lleva a la historia a un acto de rebelión y redención haciéndote pensar y a la vez disfrutar del género. No puedo más que repetir que yo quiero escribir como estos dos.

Aquí


«Estoy cansado de vivir duermo y despertarme para trabajar en un lugar que es todo humo y rocas»
Un bebé, una noticia, un duelo. Un mundo desolado en el que se trabaja para evadirse unas horas por medio de los sueños. Recuerda al argumento de Origen pero deriva manteniéndose al pairo en una suerte de Tenet. Un relato bien escrito pero cuyo planteamiento peca de críptico y se ve limitado por la limitación del formato. No se sabe muy bien lo que está pasando, ni quiénes son los personajes o sus circunstancias hasta la segunda parte y aún así te quedas con la sensación de que no es suficiente. Un relato que genera más preguntas que las respuestas ofrecidas resulta demasiado desconcertante. Tal vez sólo haya que seguir luchando poco a poco para conseguir más horas de vida y menos de sueño.

Aquí

Brigada antianimal

Un futuro cercano, una ley, una luna y un Ford Cabriolette. Uno de esos relatos que sorprenden por la gran cantidad de conceptos que presentan tanto explícitos (los “denunciantes”; el control ejercido por el poder, etc…) como implícitos (cumplir la ley aún cuando renunciamos a nuestra libertad, la hipocresía del poder y general o resistirse a perder la humanidad y la capacidad de elegir) en este tipo de género aún a pesar de su brevedad así como la gran maestría en su planteamiento con un giro totalmente inesperado que te arranca una sonrisa y te llena, en cierta manera de esperanza.

El día D

Otro relato breve pero no por ello vacío y falto de calidad ya que juega de forma espléndida con la intriga y las expectativas que presenta y genera en la persona que lee con un acontecimiento anunciado en un día determinado (una tarde de agosto) que recuerda a una mezcla de Berlanga con Neil Blomkamp, si me se permite la comparación, y con un final excesivamente abierto como si se tratase de una de esas historias de «Crea tu propia aventura» pero, en este caso, el autor plantea una situación y tú como lector debes crear tu propio final. (Tendría que volver a leerlo para ver si se me escapa algo de el porque de ese final pero no me apetece así que me quedo con la primera impresión).

Diario de vida y sueños

Evocaciones inconexas alojadas en la mente, un diario, dos mundos y un héroe. Un relato que plantea varias premisas algo difusas jugando con los conceptos de miedo, sueño, libertad y felicidad produciéndose una suerte de dialéctica entre la libertad que ignoramos pero a la vez anhelamos (recuerda al mito de la caverna) y la libertad que tenemos pero no valoramos prefiriendo encerrarnos en nosotros mismos Como si de la R.D.A y la R.F.A en los setenta y ochenta se tratase. Un relato que tiende a la divagación en ciertos puntos introduciendo explícitamente elementos distópicos (Regímenes, agentes, miedos, resistencia, muros, androides, etc.) que esclipsan un poco tanto el ritmo como el mensaje con un final que recuerda al de Hipercube de forma que aunque creamos haber escapado de las sombras siempre hay alguien o algo que mantiene la luz al final del túnel. O es un relato muy complejo y no lo entendí bien o es simplemente una maravilla.

Presente

Principios del siglo XXII, sóla en una aldea rodeada de cadáveres-muñeco. La escasez de alimentos y la superpoblación hace que a la peña se le vaya la pinza y empiece a hacer inventos raros. No es una sinopsis muy acertada  pero es lo que hay. Un relato muy original, aunque no sea de los mejores presentes en la antología, con una ambientación extremadamente buena en su sordidez que me recuerda el principio de la novela El niño 44. El “pero” que le pongo es que se descuide un poco el relato en sí en pos de esa genial ambientación de forma que lo que debería haberse presentado implícitamente a lo largo de la historia se incluya de forma explícita en una suerte de epílogo que, subjetivamente, le resta calidad al conjunto.

El cuadro

Un pigmento necesario, una gran tormenta y una búsqueda. Relato más post-apocalíptico que distópico en un estilo muy lírico que nos lleva en una especie de viaje por la locura del absurdo en busca del color a través de una realidad gris y fría como la propia ciudad en la que se sitúa. Una digresión que pretende impactar con ciertos momentos de la narración y que incita a la reflexión aunque tanto su mensaje como el propio contenido quede un tanto difuso.

Tu razón, mi moralidad y la oscuridad que las parió

Un sobre blanco, un encargo que no se puede rechazar y una revelación. Dos personajes, una “Comisión”, chips implantados y un sistema que esclaviza y oprime a los más humildes sin necesidad de recurrir a métodos demasiado expeditivos. Un relato que con muy poco nos presenta una realidad distópica pero a la vez cotidiana en el que resulta muy fácil identificarse con las motivaciones y las necesidades de la protagonista.

Conclusión más o menos acertada:

Por su variedad temática, su gran originalidad y sus ilustraciones (que todo hay que decirlo son espectaculares) estamos ante una antología realmente buena con un nivel que la hace destacar sin esfuerzo entre otras, aunque nada sea comparable con ella, con una calidad que te hace disfrutar desde el principio aunque bien es cierto que dentro de la misma haya relatos mejores que otros y además es gratis, ¿qué más quieren?

Descarga aquí:

https://espiademonios.com/antologia-libelulas-negras-iii-distopias/

4 respuestas a “Antología libélulas Negras III. Distopías. Opinión subjetiva

  1. Hanna 22 May, 2023 / 12:59 pm

    Sin duda el mejor arma para doblegarnos es crear miedos y después vender la cura para espantarlos. Así los borregos siempre andarán comiendo de las mismas manos. Abrazos

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  2. Joiel 22 May, 2023 / 8:05 pm

    Su opinión subjetiva siempre es cosa de agradecer, y como la referencia al bueno de Forrest (cuando gustaba de correr) me ha parecido el no va más, me lo he tenido que descargar para comprobarlo con mis propios ojos. Me gusta la gente que comprueba las cosas con ojos ajenos.

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