Trumbo. Crítica Subjetiva

No conocía la historia de este hombre, ni sabía que había escrito los guiones de vacaciones en Roma y Espartaco y creo que la película es un digno homenaje a su integridad y a sus ideas. Un hombre que fue traicionado por algunos de sus mejores amigos y que sufrió en sí mismo la paranoia anticomunista en los Estados unidos de los cincuenta (estuvo en la cárcel, luego tuvo que sobrevivir escribiendo guiones mal pagados para peliculas de serie B o con seudónimos, etc…) pero aún así no se dio por vencido siendo fiel a sus convicciones en todo momento y confiando sobre todo en su incomparable talento consiguió al fin dar una lección de integridad a aquella sociedad que se vio obligada a reconocer sus méritos y que estaba equivocada. Esta faceta la personaliza el personaje de Helen Mirren, la periodista conservadora Hedda Hopper (una especie de Eduardo Inda de la época, periodista objetivo, imparcial, profesional y  ante todo fundamentado en sus historias), a la que la veterana y magnífica actriz británica logra dotar a su personaje del toque de hipocresía y cinismo necesarios para resultar creíble tal como debió ser la propia Hedda. Lo mejor es cuando la hija de Trumbo le pregunta si ella es comunista y Trumbo le da una contestación bastante entrañable y cuando éste, estando en el estreno de Espartaco, ve su nombre como guionista en los créditos reflejado  en los cristales de las gafas.
Es de esas películas que agradeces ver por tanto por los actores como por la propia historia. Muy recomendable